Suficiente

A veces nada es suficiente. Una hoja en blanco tiene más posibilidades de ser elegida, por tener justamente nada, se acomoda a lo que quiere que sea quien de alguna forma la encontró.
A veces se escapa lo que acabo de encontrar, se libera lo que encadeno y se encadena mi obrar para después desencadenar reacciones a las que debo responder mostrando una buena cara, poniendo un poco de mi parte para no agrandar el ambiente. A veces un poco no es suficiente.
Sin embargo hay ocasiones en las que siento que si me paro en puntitas de pie rozo la felicidad, hasta que ocurre algo y me doy cuenta de que en realidad no la rocé, sino que la racé, no tuve la altura necesaria para poder alcanzarla. Faltó muy poco, muy poquito, ni siquiera con el mayor de los esfuerzos la toqué, pasaron el otoño y el invierno, todo quedó congelado pero el hielo en algún momento se derrite y la verdad es que no sé si es peor ser escarcha o río, una está quieta, el otro corre, río que no ríe ni sonrie, río que se inunda con el agua vagabunda de otros ríos, de otras lluvias, de hielos pasados que siguen el ciclo para ser futuros nuevamente. A veces todo no es suficiente.

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