La jaula
Segundos antes de morir el pájaro en su jaula alzó la vista hacia el cielo por última vez y cantó: "¿Será que uno puede ir a donde nunca conoció?".
Las demás aves entonaron una despedida y pensaron, pensaron, pensaron. En el cielo inmenso los del exterior ni una pluma encontraron, a pesar de que al final del día todas fueron libres aún con la puerta cerrada. A lo lejos los rosarios escucharon cantar a los pájaros y contestaron ¡Qué regalo tener libertad enjaulada! Las alas se fueron, quedaban todavía los picos y en la noche solitaria se alzaron nubes grises, aunque todos sentían la presencia de la luna nueva que imploraba "no me pises".
La jaula estaba abierta aunque no tuviera puerta, lo que la hacía parecer cerrada, pero nadie pudo comprender que la fuerza no forzaba. Los picos dormían, las alas volaban y la gente de afuera no entendía nada.
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