Si las nubes se me escapan
ha de ser por
distraída
y porque me ven
efímera
al pasar.
Las cuento al atardecer,
junto a las golondrinas
que vuelan con
un ala herida
en bandada.
En picada voy yo
también.
Pasé media vida
mirando árboles
y la otra mitad
tratando de enderezarme.
Nunca estuve torcida.
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