Enredé mis noches en tus días
y te planté un beso
que no echó raíces.
Esperé.
No llovió sobre
la tierra que me cubría.
El amarillo fue cada vez
más nostálgico
y el sol nunca bastó
para mi.
Florecí
mirándote a los ojos.
Te marchitaste
besándome la boca.
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