Dos

Ojalá que estemos libres
de resignación
aún en las peores tardes
de rostros sin forma,
ojos cerrados
y almohadas vacías.
Que tengamos alas
para aterrizar a salvo
cuando sea
desde muy alto
la caída.
Que las risas puedan ser
fotografiadas
en la oscuridad,
que cortemos los hilos,
que nos crezcan las alas
en el corazón.
Que la libertad sea
siempre nuestra
y no nos queden matices
de resignación
ni gloria.
Que tu historia y la mía
no se tengan que repetir.
Rotos, pero enteros.
Ojalá que nada
nos vuelva a unir.

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