La douleur exquise

Ha venido hoy.
Fue, imprevisiblemente, el último
—del día—
y supremo arranque
de una creciente ternura.
Desde entonces
solo se trató de la minuciosidad
de pensar en maniobras
que precedieron y siguieron a la grandeza.

¿Qué haremos después
de algunas estaciones?

Las fortunas y las desventuras
de siempre:
la luna nos encontró
siendo peatones sin tierra
bailando
a contrarreloj
en ciudades del adiós.

«Todo preparado para la fuga»,
me dijo con la mirada.
En ese desliz
¿dónde estaba el afecto?
Era mucho más lo que también se aquietaría.

Ha venido hoy.
No es un buen momento para quedarse
sin alas.

El corazón en llamas pasará.

Comentarios

Entradas populares