La vuelta al mundo en ochenta palabras (o menos)


Te vivo en cada palabra
y te abrazo
con los latidos de este corazón
desierto que tiene arritmia
viento y calma.
Zarparán algunos barcos
y no me quedará más
que convertir en propias las despedidas
ajenas, lejanas
con la distancia de quien
queriéndolo todo
se conforma con nada.
Si fueran otros
los tiempos, las cosas,
nosotros,
te escondería un beso en los ojos.
¿Hasta cuándo me alcanzará la ambrosía
de tu boca?
Te recorrí, mundo.
Y solo necesité 
dos palabras.

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