De mar

Todo es confuso y sin embargo quedó tan claro, estás contaminando el mar con mensajes en botellas de vidrio que jamás avanzan, nadan a contracorriente, como vos, como él, como tu primer amor de verano.
Vas con los zapatos sin cordones, la camisa sin botones y los libros sin leer, esperando que llueva para cambiar de opinión y pedir que deje de llover. Sin paraguas, con identificación y sin identidad.
Te mirás al espejo esperando ver que algo cambió, te abrigás, te desabrigás y te ponés en puntitas de pie, te sacás los anteojos y hacés muecas raras que usualmente no harías estando en compañía. No hay nada distinto pero todo es diferente.
No hay risas de frente ni lágrimas por la espalda, ni queda lugar para mirar el alba de fin de semana pero hay más botellas de licor vacías y un basto espacio en el mar para seguir lanzando mensajes que nunca van a tener respuesta. Quizá porque no quieren ser respondidos.

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