El viaje
La maleta no cerraba, aunque era grande las cosas adentro no terminaban de caber, uno, dos, tres, al cuarto intento por fin cerró. Las rueditas giraron por la vereda y un taxi me llevó hasta la terminal, iba sola y sin mucho para contar.
El viaje fue un poco largo, las rutas se habían cerrado y el chofer no sabía qué hacer, esperé varada en el campo alrededor de tres horas. La naturaleza estaba bien para descansar de tanta ciudad y luces corrientes, sin electricidad las estrellas se apreciaban mejor.
Ya en el colectivo dormí un rato y cuando desperté todavía era de noche, faltaban dos horas para la puesta de sol. No sabía cuánto tiempo faltaba para llegar, no sabía a dónde tenía que llegar, no conocía el destino ni las paradas, no había querido mirar el pasaje cuando alguien me lo dió en mano, grave error. O tal vez no.
Seguí apreciando los paisajes que me dió el viaje hasta que este se terminó, quedé tan maravillada que al bajar del transporte no supe qué hacer, estaba desorientada, no conocía el lugar y empecé a pensar que no entendía lo que había pasado. Sin pensarlo mucho me subí de nuevo a las cuatro ruedas que se iban a adentrar por la ciudad desconocida y a simple vista peligrosa, no importaba pues en parte me gustaba no saber qué pasaría. No recuerdo bien cómo llegué al otro lado del planeta, seguramente los neumáticos no se desinflaron lo suficiente como para parar, se deben haber salido de la ciudad para prolongar mi travesía. Sé que me perdía cuando intentaba dar marcha atrás, no podía hacer otra cosa que mirar para adelante, tampoco debía alejarme mucho del volante. Sé que aunque iba sola vos estabas ahí, que habías estado desde que recibí el pasaje, que quizá fuiste vos quien me lo dió en manos, casi como un autoretrato entrega su propio espejo. Después pensé "no te dejo escapar".
Pasaron los días hasta que se acabó la esperanza de llegar a alguna parte, no supe dónde terminó la aventura y dónde comenzó mi amargura. Lo que si sé es que por un tiempo la pasé muy bien.
Eras un viaje de ida, no conseguí boleto de regreso. Aún así le di la vuelta al mundo en 80 besos.
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